La tecnología ADAS convencional puede detectar algunos objetos, realizar operaciones de clasificación básicas, avisar al conductor si la carretera está en malas condiciones o entraña peligros y, en algunos casos, decelerar o detener el vehículo. Este nivel de ADAS resulta muy útil en aplicaciones tales como el control de ángulos muertos, el cambio de carril o el envío de avisos ante posibles colisiones.
Los ordenadores de IA para vehículos NVIDIA DRIVE™ PX llevan la ayuda a la conducción al siguiente nivel. Aprovechan bibliotecas de software y deep learning, marcos de trabajo y paquetes fuente que los desarrolladores e investigadores pueden utilizar para optimizar, validar y desplegar su trabajo. Esto ofrece a los desarrolladores una base sólida para compilar aplicaciones que aprovechan algoritmos intensivos desde el punto de vista computacional para la detección de objetos, la localización de mapas y la planificación de rutas.
Con las soluciones para coches autónomos de NVIDIA, un vehículo puede distinguir entre un coche de policía y un taxi, entre una ambulancia y una furgoneta de reparto o entre un coche aparcado y otro que está a punto de incorporarse a la circulación. También puede llegar a distinguir desde ciclistas en la acera hasta peatones distraídos.